Microrrelato. Trampantojo social

Autor: Samuel Papí Gálvez
Colaborador: Dr. Carlos Gallego

— Este virus es desastroso. «¿Cómo combatiremos a un enemigo invisible?»

— ¡Por todas las lunas, Pan! ¿Tienes miedo?

— ¿Acaso tú no? Todos esos enfermos de las ciudades submarinas de Encélado… «Todos los de esta nave son unos necios».

— Mi pequeña gran artista, tenemos que volver. Desgraciadamente en Encélado hay crisis pandémicas recurrentes. Hay que aislar el virus lo antes posible, e identificar la proteína que causa la virulencia para descodificar su código.

— ¿Por qué Rea, por qué debemos sufrir siempre los mismos en los lugares de siempre? «Es injusto, en la Tierra o en Marte seguro que no ocurre».

— Los medios son un condicionante, por supuesto. Sin embargo, el entorno también. Desde hace eones existen microorganismos extraterrestres viviendo en las profundidades de las lunas heladas. En consecuencia a nuestros asentamientos, algunos de estos se han adaptado para infectar la fauna submarina artificial modificada genéticamente. A partir de ahí, evolucionan para infectar a los humanos. Simplemente desean sobrevivir, al igual que nosotros.

— ¡Volveremos a contagiarnos! «No quiero ir».

— Efectivamente, es precisamente lo que buscamos.

— ¿Te has vuelto loca vejestoria?* Es una locura, ¡una auténtica locura!

— El virus solamente causa un efecto gripal fuerte en personas sanas, no debería complicarse.

— ¡¿Solamente?! ¡La primera vez casi me muero!

— Puede que pasemos unos días enfermos, aun así merece la pena. Con más carga viral volveremos a desarrollar inmunidad gracias a la memoria inmunitaria y con un poco de nanomedicina contrarrestaremos los efectos adversos.

— ¿Cómo obtienes memoria inmunitaria?

— La producción de anticuerpos contra proteínas requiere de una cooperación productiva entre el linfocito T y el linfocito B, que deben reconocer las secuencias de antígenos adyacentes, si la reconocen tienes memoria inmunitaria y estás a salvo, en principio.

— ¿En principio? No sé de qué estás hablando.

— La conclusión es que no tienes de qué preocuparte, no lo pasarás, o al menos no tan fuerte. Con los datos obtenidos sintetizaremos una vacuna creando un ARN mensajero que contenga instrucciones para producir proteínas del virus, específicamente buscamos la espícula del mismo.

— Sigo sin entender nada. «No quiero volver a encontrarme tan mal». ¡No voy y punto!

— El método se utiliza desde el siglo XXI de la antigua época, aunque en su momento tenía muchos efectos secundarios y no lo sabían, con el tiempo se perfeccionó.

— ¡Me da igual! Nuestros antepasados fueron héroes, yo no.

— ¿Héroes dices? No me hagas reír.

— Enfrentaron la extinción de la especie y la superaron.

— Eso es correcto, no obstante, antes de eso fueron tan patéticos como tú. Estaban tan cómodos en sus burbujas idealistas que hasta que no les estalló todo en la cara no reaccionaron. Su pasividad casi nos hace desaparecer de la faz del Universo.

— ¡No me vas a convencer!

— Ya te he dicho que ya has estado expuesta al patógeno, no hay motivos para preocuparte.

— ¡Qué no voy!

— ¡Vijaya Khatri! Rea tiene razón. No seas testaruda.

— ¡Titán! Lo siento…, no soy valiente.

— ¿Crees que nuestros antepasados sí? ¿Me puedes aclarar algo? Los que tienen miedo de un virus que te produce un simple “gripazo”, fuerte pero un “gripazo”, y están ya inmunizados completamente…, ¿son los mismos que tienen que luchar por mantener nuestros derechos, cambiar el sistema sociopolítico, llevarnos hacia las estrellas y acabar con la élite que nos oprime?

— No tiene nada que ver.

— Lo tiene todo, es lo que te ocurre, es lo que les ocurría a los pioneros. Quieres huir, dejarte llevar por la desesperación. No podemos cometer los mismos errores. Si tienes alguien al que debes proteger, la opción de huir del león se esfuma, solamente te queda el enfrentamiento y este requiere poner en peligro tu integridad física. Es el precio que hay pagar por la libertad.

— ¿Me protegeréis?

— Te protegerás tú misma, pequeña.

— Vale…, iré. No tengo más remedio, pero no pienso bajar de la nave.

— Hay trato, siempre y cuando compongas alguna canción para avivar los ánimos de la tripulación.

— Mmm, perfecto. «Haré lo que sea por evitar salir». Me voy a mi camarote, no molestarme.

— ¡Eh, enana! ¿Se te olvida algo?

— ¿El qué?

— ¿Una disculpa a Rea por hablarle de ese modo, quizás?

— ¡Claro! Muack. Perdón. Gracias por la explicación, Rea.

— Es imposible no perdonarte, pequeña granuja.

* Vesjestorio, ria. Género femenino incluido en el ciclo 15 D. P.

Publicado por SamuelPG

Bienaventurados los curiosos. Curiosidad..., la fuerza invisible de todo ser consciente.

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